Cuando la historia parece que se vuelve a repetir, me ha parecido oportuno rescatar para vosotr@s este artículo en el que hablaba de lo esencial que es el respeto a las diferencias, sean las que sean. Desde hace poco en España y de una manera completamente irresponsable diversos responsables políticos se han apropiado de un mensaje muy peligroso para la convivencia en nuestro país. Me preocupa, porque han dejado de lado la vanguardia y modernidad por, sólo, un cálculo de escaños en las Cortes Generales. Será lamentable que pierdan en su apuesta, porque entre el original y la copia, siempre se escoge al original y la traducción de esto es que el fascismo entrará con siglas propias en las instituciones españolas, como ya lo ha hecho en otros países de nuestra querida Europa.
Aún queda tiempo para recapacitar. Hasta entonces este artículo sirvió de aviso entonces y espero que ahora también:
"En estos días en que el mundo parece que se viene abajo, que la economía está mal (como si hubiera estado bien alguna vez) donde siguen las guerras, el hambre, la violencia y el sufrimiento de tantas personas, hay que pararse un momento, mirar alrededor, respirar profundo y dar un paso más para terminar con todo lo anterior... porque siempre será buena idea dejar atrás el dolor. Han sido los poderosos, los que desde sus poltronas de dinero estafado han decidido quienes formaban parte de la élite y quienes no. Su cruel variable espartana seleccionaba a los mejores de cada casta, de cada casa, de cada familia y dejaba al resto atrás, en el pozo, en la miseria del olvido.
El objetivo estaba claro: señalar al considerado diferente del normal, ensañarse con el distinto para cercarlo, apartarlo y, por último... eliminarlo. No hay mayor indecencia que una sociedad que excluye a sus semejantes.
Las mujeres, los pobres, los gays, los de otro credo, los de otra raza, aquellos que pensaban diferente o los discapacitados. Daba igual siempre y cuando estuvieran lejos, callados o muertos.
Las tornas cambiaron y poco a poco hemos podido comprender que una de las mayores riquezas de las que disponemos en este planeta es precisamente la existencia de las diferencias, aquellas que en lugar de alejarnos verdaderamente nos acercan a componer el gran mosaico que es la humanidad y que compone la más compleja y pura de todas las sociedades conocidas.
La vida es sagrada y ninguno de nosotros nunca más podrá dar marcha atrás, porque hemos conseguido barrer del pensamiento más actual la lacra de la vergüenza de ser distinto; ahora los diferentes son ellos, los que nos daban la palmada en la espalda, los que nos miraban por encima del hombro, los que nos perdonaban la vida con una sonrisa.
Ser distinto sigue siendo un reto, porque la igualdad de las leyes que nos hemos dado aún no ha calado en lo más profundo de la ciudadanía, pero lo hará. Ser distinto y reconocido como tal es hoy el reclamo que hemos de hacer todos para recordarnos que ese camino del principio está aún por andar. No usemos ninguna excusa para olvidarnos de quien nos necesita.
Ser diferente es hoy garantía de atención y aún mas importante... es un símbolo a la dignidad del ser humano, porque son los diferentes los que enlazan a nuestro mundo con la justicia, la prosperidad y el bienestar.
En estos días, en estos tiempos, a todos vosotros, a todos los diferentes... gracias."
Publicado en "La Opinión" el 27 de Noviembre de 2010. Y AQUÍ EL ENLACE.
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