martes, 15 de octubre de 2013

Nuestra hora

Bienvenidas sean todas las iniciativas destinadas al entendimiento. No es otra cosa lo que la militancia socialista hará el próximo viernes en la consulta interna propone a sus bases.

Digo de partida que, aunque bienvenida, me parece que se queda corta en fondo y en forma. En forma por tratarse de una consulta que se debió concebir como un acontecimiento público, con una proyección que no se podrá trasladar con contundencia a la ciudadanía ya que la votación durará apenas 3 horas. Una muestra más de las limitaciones, propias e impuestas, que vivimos aquellos que militamos en el socialismo de base.

En fondo porque, habiendo quedado claro que la ciudadanía y los movimientos sociales han sobrepasado el espectro político y funcional de los partidos políticos, debieran haberse abierto los parámetros de las preguntas que se realizan y el censo de votantes. Es decir, haber convertido la consulta en un referendum.

Siempre he medido los acontecimientos y a las personas que los protagonizan, no por lo que hacen con respecto a lo que no hacen, sino por lo que hacen con respecto a lo que podrían haber hecho.

Sin embargo, instruido en el optimismo de aprovechar todas las ocasiones que mejoran la vida de mis iguales, no dejaré de participar en este evento que propone la dirección de la socialdemocracia en la Región de Murcia.

 El éxito de la consulta, ya no dependerá pues, ni del hecho de su convocatoria (que a estas alturas queda "ex tempore" en una formación que se llama de izquierdas), ni de las preguntas que se realizan ni del resultado de las mismas (por la misma razón que la anterior) sino del número de personas que vayan a votar el viernes, es decir, de si hay un éxito rotundo de participación que pudiéramos cifrar entorno al 90%, que es el respaldo que precisan los Secretarios Generales y sus equipos cuando son elegidos en un congreso sino desean que esa misma elección sea catalogada como temporal, crítica y otros tantos adjetivos que ellos mismos utilizan.

Resulta evidente que me gustaría que se llegara a ese éxito participativo, pero dudo seriamente que se vaya a conseguir por no conseguir reunir los requisitos que antes expuse: flexibilidad, amplitud de la convocatoria y proyección pública. En cualquier caso vaya por delante mi ánimo para que tod@s acudan a la urna.

Mi compromiso es público, por lo tanto entiendo que mi voto también debe serlo. Así pues desvelo que a  las 4 cuestiones que se nos plantean votaré o que sigue:

Primarias abiertas a la ciudadanía, por completo y sin cortapisas de ningún tipo. Elección de la Secretaría General por toda la militancia (aunque debiera ser también por primarias a toda la ciudadanía -otra cuestión que nos deja "ex tempore"). Sí a la reforma de la Constitución y en la cuarta, dónde se nos pregunta qué otras cosas nos gustaría proponer, propondré, como siempre he hecho, la limitación de mandatos en puestos alternos, es decir, que si no me vale que alguien esté de diputado o secretario general media vida, tampoco me vale que deje de ser diputado para pasar a ser consejero o cualquier otro menester. El reciclaje en la vida pública ha de ser completo para que sea eficaz.

El del viernes es un paso muy pequeño, pero es un paso. Que nadie lo dude. Ahora bien, será por completa la responsabilidad de la dirección actual, si no saben sacar provecho de este tipo de ocasiones. Si bien no dudo de la buena voluntad de nadie, sí lo hago de las capacidades que podamos demostrar en el futuro, no hay más que ver el ratio de aprobación que tenemos en la ciudadanía, que sigue bajando, por algo será.

Es nuestra hora y siempre he sido puntual en mis citas.