domingo, 25 de mayo de 2008

viernes, 23 de mayo de 2008

sábado, 17 de mayo de 2008

Responsabilidad Corporativa.



Hoy en ELPAIS.COM: Artículo de Pere Rusiñol.

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"Repsol no respeta derechos básicos internacionalmente reconocidos a las poblaciones indígenas". Cuando el pasado miércoles Isabel Tamarit, de Intermon Oxfam, desgranaba con guante de seda en puño de hierro sus quejas sobre la actuación de la multinacional española en América Latina, no tenía delante al hatajo de convencidos habituales en plena performance contra la compañía. Casi todos los que la escucharon sin pestañear llevaban corbata y estaban reunidos para celebrar que Repsol YPF tuvo el año pasado un beneficio récord de 3.188 millones de euros. El escenario era nada menos que la junta de accionistas, con su presidente, Antonio Brufau, al frente.


No hubo aplausos, pero Brufau dijo que tomaba nota y todos se vieron obligados a escuchar los reproches de la ONG porque hablaba en nombre de cuatro fondos de inversión y 900.000 acciones. El llamado activismo accionarial -infiltrarse en el seno de la compañía para que no se pisoteen derechos humanos, sociales o ambientales- se consolida en España y todo indica que va a hacerse habitual en las grandes empresas. La corriente mundial en favor de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) presiona además a las compañías a mostrarse sensibles hacia estas inquietudes.

En marzo, las ONG Justicia y Paz y Setem tomaron la junta del BBVA y le afearon las inversiones en el sector armamentístico, además de proyectos controvertidos en América Latina. Setem es un clásico de las juntas: dispone de 120 acciones de Inditex y 10 de Adolfo Domínguez, lo que le permite hablar cada año ante sus máximos ejecutivos.


¿Sirve de algo o se trata de un diálogo de sordos? "No tienen más remedio que escuchar porque no era sólo una ONG quien hablaba, sino que teníamos la fuerza que dan 900.000 acciones", explica Tamarit, responsable del programa del Sector Privado de Intermon Oxfam, que antes de dar el salto al mundo de las ONG fue durante siete años ejecutiva de una multinacional. Intermon no compró ninguna acción, pero pudo hablar en la junta al contar con el aval de 81.000 títulos españoles y cuatro fondos estadounidenses, entre ellos el Boston Common Assets. El discurso -intervinieron dos personas de Intermon- tuvo que ser necesariamente breve, eso sí: 900.000 acciones dan derecho a hablar, pero su influencia real es muy limitada al representar apenas el 0,06% del capital social.


Pese a ello, Tamarit está satisfecha con la experiencia y convencida de su utilidad. Brufau no sólo tomó nota, sino que Repsol ya se comprometió luego a debatir con la ONG una declaración sobre principios y derechos de los pueblos indígenas, cuyo borrador la ONG tacha de "vago e impreciso". Éste fue el motivo de la intervención: tratar de convencer a la multinacional para que apruebe unas normas de conducta que respeten a los pueblos indígenas en los lugares donde explotan pozos de petróleo, particularmente en Perú.

Hace años que Intermon Oxfam presiona en vano para obligar a Repsol YPF a tomarse en serio los derechos de los indígenas. Del año pasado es un informe de 55 páginas titulado Pueblo sin derechos. La responsabilidad de Repsol YPF en la Amazonia peruana. El documento da la voz a los afectados, que se expresan de forma muy rotunda: "No logramos nada de beneficio de Repsol. Dañaron el bosque y no nos han compensado. Siempre decían que lo veríamos en la siguiente reunión y nunca nos dieron nada", explica el jefe de una de las comunidades en cuyas tierras hubo prospecciones.

"Nos parece estupendo que Intermon Oxfam haya intervenido en la junta", explica Marisol García Bango, responsable del Departamento de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de Repsol YPF, quien añade: "La colaboración es necesaria; empresas y ONG ya no nos vemos como enemigos". García Bango está convencida de que su empresa es una de las más respetuosas en su sector, pero admite que queda mucho por mejorar y que no puede dar la espalda a los movimientos sociales: "Ya no se puede ir por la vida sin contar con los de enfrente, aunque estés convencido de que lo haces bien".


El activismo accionarial lleva décadas de recorrido, sobre todo en el mundo anglosajón. En España es más reciente, pero suma ya siete años de vida. Lo importó Setem, la ONG que más lo ha practicado y que en 2001 sorprendió a todos adquiriendo 120 acciones -hay 630 millones- de Inditex, la exitosa multinacional española de la moda.

Desde entonces acuden siempre a la junta de accionistas para reclamar mayor compromiso social. Al principio chocó, pero siete años después tanto la empresa como la ONG esbozan un balance positivo. "Estamos encantados, el clima es de gran cordialidad y un pilar estratégico de la empresa es precisamente la responsabilidad social", subrayan fuentes de Inditex. Annie Yumi Joh, responsable de campañas de Setem, se muestra menos eufórica y recalca que aún hay mucho por mejorar, pero está convencida de que la insistencia de la ONG ha contribuido a avanzar. "Tenemos una pata dentro y otra pata fuera, pero nuestro tono siempre es constructivo para ser más efectivos", explica Yumi Joh.

"Antes de 2001 Inditex ni siquiera tenía departamento de RSC", apunta Yumi Joh, "y ahora está muy activa en este campo, hasta el punto de que se unió a la Ethical Trade Initiative, organismo independiente con el objetivo de promover y mejorar los códigos de conducta en las cadenas de producción". El sector textil es uno de los más fiscalizados por las ONG para evitar cadenas inextricables de subcontrataciones que pueden culminar en condiciones de semiesclavitud en algún rincón perdido del mundo.


Setem ha comprado también acciones de Adolfo Domínguez, logró intervenir en la junta del BBVA -grupos de accionistas les cedieron su turno- y se plantea llevar la estrategia a otras empresas de los sectores textil y financiero, que juzgan prioritarios. Los objetivos, añade Yumi Joh, son dobles: "De un lado, dar voz a asuntos como derechos humanos y laborales. Del otro, sensibilizar a los accionistas de que una mala imagen puede perjudicar a la organización".

"Que las ONG entren en las juntas de accionistas es una herramienta que se ha comprobado efectiva, siempre que esté acompañada de otras formas de presión", opina Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de la escuela de negocios Esade. Carreras acumula raudales de experiencia tras años al frente de Intermon Oxfam empujando para romper la barrera hasta hace poco inexpugnable entre ONG y empresas. "Al principio, las empresas suelen sentirse atacadas injustamente, pero se pone el dedo en la llaga y se acaba avanzando en temas no resueltos, aunque a largo plazo", explica. Según Carreras, las juntas de accionistas son una magnífica plataforma porque "dan mucha visibilidad y el presidente escuchará de primera mano críticas que raramente le habían llegado antes directamente".

Orencio Vázquez, coordinador del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), que agrupa a ONG, sindicatos y organizaciones de consumidores, alaba las iniciativas de activismo accionarial, pero recalca también sus limitaciones: "Las empresas multinacionales son cada vez más poderosas y el peso de la fiscalización social no puede recaer sólo en las ONG porque no dan abasto". A su juicio, la clave está en los organismos supranacionales, como la Unión Europea y Naciones Unidas, que "deberían establecer un marco de obligado cumplimiento para todos y crear instrumentos que permitan verificar que se respetan".


Tanto la ONU como la UE han impulsado iniciativas para que la RSC se integre en el conjunto de la política de la empresa y no sea mero maquillaje, así como para forzar cierto nivel de rendición de cuentas. Pero se trata siempre de iniciativas voluntarias que, por tanto, comprometen poco. Un ejemplo: la iniciativa Global Compact de la ONU, que establece algunos estándares básicos de actuación empresarial, tiene la adhesión de 3.000 empresas. Parece un gran éxito, pero adherirse a ella sale casi gratis y entre los firmantes hay algunas de las compañías que más se encuentran en el punto de mira de las ONG, como PetroChina.

El Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG), vinculado a la Universidad Politécnica de Cataluña, es aún más pesimista. Jesús Carrión, responsable del programa de "monitoreo de transnacionales", recuerda que su organización ya intervino en la junta de Repsol YPF de 2006 y que ya entonces Brufau tomó nota. "No sirvió de nada; fue todo papel mojado", concluye.

Carrión se muestra muy crítico con los programas de RSC de las multinacionales españolas, a los que se refiere como "irresponsabilidad social corporativa". "Hacen pequeños donativos y tienen gran capacidad mediática para rentabilizarlos como publicidad mientras siguen adelante con programas que destrozan comunidades y territorios".


El ODG considera más útil participar en las contracumbres, como la que se realiza estos días con motivo en la reunión UE- América Latina, aunque sea a costa de romper puentes con las empresas y dejar de ser interlocutores para ellas. "El peligro es que las grandes empresas utilicen a las ONG para legitimarse", apunta. Su análisis le da la vuelta a la toma de las juntas de accionistas por parte de las ONG. Más bien serían las grandes empresas las que estarían tomando las ONG con la añagaza del dinero para la responsabilidad social corporativa.


Objetivo: las grandes marcas

Nike vivió hace unos años como una auténtica pesadilla la Campaña Ropa Limpia, que eligió a la multinacional estadounidense como símbolo de la explotación en el sector textil. La imagen era muy potente: trabajadores que percibían sueldos de miseria en el Tercer Mundo -muchos de ellos niños- fabricaban las zapatillas que lucían estrellas deportivas con salarios astronómicos.Nike respondió al principio con desdén y trató de ignorar la campaña, pero la red se hizo mundial y la información circuló tanto que la empresa se vio obligada a recular en algunos aspectos y, sobre todo, a buscar el diálogo con las organizaciones sociales.

Pocas veces se ha visto una marca tan potente contra las cuerdas ante una campaña de las ONG."Las empresas más consolidadas, las que tienen una imagen de marca fuerte, son las más susceptibles de ser tomadas como símbolos por las ONG", explica Orencio Vázquez, coordinador del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, quien señala especialmente al sector textil: "Es el más sensible porque suelen vender estilos de vida a través de las marcas y por tanto deben vigilar como nadie su reputación".


"Nike deslocalizó en cien países más de 1.000 centros de producción, y no se hacía responsable de lo que sucedía en los últimos eslabones de la cadena. La presión le ha obligado a ir asumiendo responsabilidades y aceptar códigos de conducta, aunque todavía quede mucho por hacer", explica Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de la escuela de negocios Esade.La Campaña Ropa Limpia (www.ropalimpia.org) sigue vigente y fiscaliza ya no sólo a Nike, sino a las principales marcas deportivas y de moda, que operan todas con mecanismos similares.La presión de las ONG va concentrándose ahora sobre Adidas, otro gigante.


No tanto por el proceso de producción de sus productos -no difiere demasiado de sus competidores- como por su papel de patrocinador de los Juegos Olímpicos de Pekín.Los grandes patrocinadores de los Juegos -Coca-Cola, General Electric, Johnson & Johnson, Kodak, McDonald's, Samsung...- están en el punto de mira de las ONG por colaborar con un régimen que no respeta los derechos humanos. El gran objetivo de Adidas es desplazar a Nike como número uno en el gigante asiático. Pero se arriesga a sustituirlo también como la bestia negra de las ONG.

jueves, 15 de mayo de 2008

Hay Partido



Con respecto al congreso del PSRM que está próximo, esta carta se la he dirigido a todos los los militantes de Juventudes Socialistas de la Región de Murcia:

Compañeras y Compañeros, de todas las Agrupaciones Locales de las Juventudes Socialistas de la Región de Murcia:

Dentro de poco, la familia socialista tendrá un nuevo encuentro en forma de congreso, una nueva ocasión para renovar ideas y equipos desde la convicción de toda la militancia y de simpatizantes y votantes, de que para conseguir mejor Región de Murcia hay que tener mejores formas de trabajo y mejores propuestas, es decir, más credibilidad.
Un congreso es una buena ocasión, no solo de conocer gente nueva y de enriquecerse ideológicamente hablando, sino también un punto de inflexión, una apuesta decidida por un rumbo que lleve a los poderes públicos el programa del socialismo del siglo 21.

Y es, desde esa perspectiva, como me gustaría que JSRM se tomara el próximo congreso del Partido Socialista de la Región de Murcia. Para ello tenéis una excepcional ocasión este próximo sábado en el Comité que celebraréis.
Veréis, han sido muchos años luchando por una organización fuerte y sólida, desde mi particular punto de vista y desde la humildad más profunda, para conseguir entre otras cosas que JSRM no estuviera presente en las “mesas camilla” “pasilleos” y “dimes y diretes” de los períodos congresuales del partido.

En un momento determinado eso se consiguió. Y el partido respetó, muy a su pesar, la autonomía de nuestra organización. Es por ello que no me cabe más que pediros, que exigiros como votante y militante del PSOE y como casi histórico de Juventudes, que adoptéis una postura neutral en la pugna por la secretaría general del PSRM-PSOE que ya está en marcha.
Lo contrario, posicionarse, de uno u otro bando, supondría en primer término volver a vicios antiguos y el total descrédito para una organización que asume su autonomía y que luchó por estar presente en los congresos del partido, pero no para votar listas, sino para luchar en las ponencias políticas, implementando nuestras ideas y propuestas en los programas del partido.

No quiero ir de abuelo cebolleta (aunque con 29 años de edad y mas de 12 en la organización se vuelve difícil ese ejercicio) pero me siento en la obligación de advertir a todos y todas que JSRM no debe heredar costumbres que no le son propias.
Nuestra organización ya tiene sus propios congresos y sus propios debates internos, no debemos interferir en los debates orgánicos de los demás, lo contrario sería abrir la puerta a que ellos también metieran las narices en nuestro trabajo, y me daría muchísima pena que una de las pocas cosas que quedan con vida en la sede regional dejarán de tener sentido (es decir, vosotros y vuestro trabajo).
Cuando llegue ese punto del orden del día en el Congreso, absteneros, votad en blanco o simplemente abandonad la sala. Es mi consejo.

Tenéis mucho que decir y mucho que hacer en una parte importantísima del congreso del partido. Enmendar un texto que seguro olerá a armario apolillado, carente de ambición y anclado en ideas de al menos una década. Ése es vuestro reto, lavarle la cara a lo que la ciudadanía después va a leer y juzgar con sus votos.

Espero y confío, que este mensaje os llegará no sólo físicamente sino que lo interioricéis y lo hagáis propio, no es vuestra batalla. No dejaros engañar ni manipular por quienes están en liza, Juventudes Socialistas es mucho más que eso. Somos un movimiento social de vanguardia y como tal hemos de comportarnos.
La delegación de JSRM al congreso ha de dar una lección de participación, de ilusión y de apuesta por el futuro. Sois la voz de los jóvenes de esta casa y el futuro de la misma, que nadie os diga lo contrario, que nadie os haga comportaros como otra cosa.

Desde el respeto y el cariño, recibid un cordial y joven saludo socialista.
Julio López Guillén.

Cada día que amanece...

EL NÚMERO DE TONTOS CRECE.

miércoles, 14 de mayo de 2008

GENTUZA

En estos momentos en los cuales el corazón vive en el puño y se sale del pecho, en estos minutos que corren contra reloj para salvar las vidas de quienes aún están sufriendo, en estas horas de dolor llenos de suspiros y de lágrimas, en este lugar donde me encuentro, grito al viento mi esperanza para que no vuelvan a ocurrir las barbaries que el hombre insiste en seguir cometiendo.

La sangre no debe fluir más que por las venas y las ideas no deben más que plasmarse en las palabras, la grandeza de los hombres consiste en convivir y apostar por darle lo mejor a las generaciones futuras, las armas nunca dieron lo mejor. Basta ya.

Que se pudran en la cárcel

sábado, 10 de mayo de 2008

York Bird

Obama... YA POR FAVOR YA!!!!



Los que seguís el blog (bendita paciencia) o habláis conmigo a menudo (santa sumisión) ya sabréis de mi devoción por el senador estadounidense Barack Obama.

Obama representa a mi juicio mucho más que un simple soplo de aire fresco en la política del gigante americano. Es la versión transparente de una criptica sociedad que ha sido corrompida hasta los cimientos por el odio y el poder.

Obama, como nunca antes otro, ofrece la posibilidad de jubilar para siempre a una atestada y acomodada burguesía política, arrastrada por lobbys y amiguitos a financiar guerras y desastres a lo ancho y largo del orbe.

Es pues una apuesta, imaginaria porque yo no voto en EEUU, en la que todos deberíamos poner nuestro granito de arena. Poco a poco y mira que parecía dificil, tiene más cerca la candidatura a la Presidencia y eso significa que también tiene más cerca la misma Presidencia, porque casi nadie ya espera que el Partido Republicano pueda ganar a finales de año la Casa Blanca después del daño causado por G.W. Bush. Todo lo más, salvar los muebles con unos 20 millones de votos.

Obama, que no ha dudado en desprenderse de fanáticos como el curo loco éste que le hizo la comunión a sus niñas, tampoco va a ceder ante los ataques de su contricante Clinton (recuerdo ahora las esperanzas de mi amigo Zarco) que también aspira a salir lo menos tocada posible de esta carrera.

A no ser que venga un "katrina" mediático y político, tendremos pasado noviembre un Presidente en Estados Unidos como hacía décadas que no lo veíamos. De momento ya tiene más delegados, más superdelegados, más votos populares y más estados ganados. (y todavía dicen que esono es suficiente).

La duda está en... para entonces ¿habrá madurado lo suficiente el país más metomentodo del mundo para aceptar a un presidente tan moderno?

Obama for President... pero ya.

LLevamos 15 años así...

No haré más comentario que dejar patentes mi ilusión y mi cansancio.

http://nuevoproyectosocialista.blogspot.com/2008/05/en-contruccin.html

Saura se presetará a la reelección en el Congreso de verano.

miércoles, 7 de mayo de 2008

¿Y por qué China?



Hace unos días, releyendo prensa, me volví a encontrar una estrevista buenísima de Yolanda Monge a uno de los estandartes por las libertades en China, ahora exiliado en Estados Unidos, Harry Wu.

Os la reproduzco porque viene al hilo de otra entrada sobre los juegos olímpicos de este verano en el gigante asiático.

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DIARIO EL PAIS.COM 26/4/2008.

Tras leer las páginas escritas con sencillez por Harry Wu pasará un tiempo antes de que usted pueda volver a disfrutar de un crujiente rollito de primavera en un restaurante chino. "Después de comer, vinieron dos reclusos de guardia a retirar el cadáver. Extendieron una jarapa de juncos de un metro ochenta en el costado del kang, colocaron el cuerpo encima, lo enrollaron como si fuera un rollito de primavera y se lo llevaron. Yo sabía que al día siguiente lo cargarían en el carro de bueyes, y que más tarde sería transportado, junto a los demás rollitos, hasta un lugar al que llamaban el 586". Ésa era la última estación de los cadáveres.

Apenas se sabía nada sobre los campos de detención creados en China tras la guerra de liberación, en 1949. Era un tema prohibido. Un secreto doloroso de recuerdos humillantes guardado celosamente por los supervivientes. Hasta que Harry Wu decidió romper ese silencio con el libro Vientos amargos. Memorias de mis años en el gulag chino, de próxima publicación en España por Libros del Asteroide. Él dice que es el testimonio de un hombre ya libre.

"En el mundo se conocen los campos de concentración nazis y el GULAG soviético, pero apenas se sabe nada sobre la articulada complejidad del sistema de campos de trabajos forzados que habían mantenido, y mantienen, encarcelados a millones de ciudadanos chinos en condiciones brutales y deshumanizadoras, y en la mayoría de los casos, sin sentencia ni juicio previo".

Habla Harry Wu, cuyo nombre en 1957 era Wu Hongda, y quien se creyó el reto lanzado por el presidente Mao de "dejad que cien flores florezcan y que cien escuelas de pensamiento discutan". Criticó con dureza la campaña política de 1955 contra los contrarrevolucionarios y fue acusado de "derechista", delito por el que pagó con 20 años de su vida en el laogai, los oscuros campos de trabajo chinos. "A la primavera temprana le siguió una repentina helada", dice Wu. No hay cifras. Pero hasta 37 millones de chinos, sostiene, podrían haber muerto dentro de los altos muros de los laogai.


Su peso se redujo a los 36 kilos. Comió ratas -un lujo, al fin y al cabo era carne-. Se defendió a golpes. Nunca tuvo la oportunidad de conocer el sexo, de hacerle el amor a su novia. Afortunadamente, perdió el miedo porque desgraciadamente perdió la esperanza. ¡No tuvo fuerzas para escapar porque ni siquiera sentía miedo! Llegó a la conclusión, cuando contaba veintipocos años, de que sus valores de humanidad y respeto carecían de sentido en un marco como el que él habitaba. "La vida humana carecía de valor", reflexiona. "En aquellos días de represión me acordé de la práctica tradicional de vendar los pies. Habíamos cambiado esa costumbre por el vendaje de las ideas". El encierro en solitario le libró del temor a sufrir. En una celda de cemento llegó al límite de su capacidad. Dice que después de conocer el abismo negro de la desesperación "no había nada" que le asustara.

Liberado en 1979, logró salir de China en 1985. Fue encarcelado con 23 años y salió libre con 42. "Llegué a San Francisco con 40 dólares en el bolsillo". Había conseguido un puesto de profesor de geología en la Universidad de Berkeley. Pero trabajaba en la tienda de donuts del campus para poder sobrevivir. Incluso a veces dormía allí. O en un banco. "¡Pero podía comer todos los donuts que quisiese!", dice ahora, ensayando una sonrisa. "Aunque después de aquello ya no fui capaz de comer ninguno más". "Nadie sabía de sus penurias. Aunque para él nada tenían que ver con su aislamiento anterior del mundo. "Era libre", confiesa hoy en la sede de la Fundación Laogai, en Washington, fundada por él en 1992.

Entre andamios, telas de los pintores tiradas por el suelo y pruebas de colores en las paredes, Wu recibe a EL PAÍS un mediodía de primavera. Y lanza una pregunta antes incluso de estrechar la mano: ¿dónde está España?, ¿no piensa hacer nada para parar este régimen sangriento? Aparenta los 71 años que tiene. Está ágil aunque luce una pequeña barriguita, quizá como venganza por tantos y tantos años de hambre. Pero cuando anda parece que arrastra siglos de dolor que le lastran el paso. Sonríe y se le ilumina la cara. Pero la mirada sigue apagada. Muerta.

Pregunta. ¿Qué es el laogai?

Respuesta. El laogai es muy común en China. Nadie habla de encarcelamiento. Se habla del laogai. Es el vasto sistema de reforma por el trabajo que existe en la República Popular China. Lo creó el Partido Comunista bajo la dirección de Mao Zedong, y servía entonces y sirve hoy como un instrumento de la dictadura para detener y encerrar tanto a los disidentes políticos como a los criminales. Lao significa trabajo; gai, reforma, lavado de cerebro.

P. ¿Cuál es la función política del laogai? ¿Y la económica?

R. Muy sencillo. Usar a los prisioneros como fuerza barata de trabajo, incluso gratuita, en manos del Partido Comunista y reformar a los reos a través del trabajo duro y el adoctrinamiento político. Desde el punto de vista económico, se explota a los prisioneros para financiar con divisas el régimen comunista. En 1991, el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que prohibía las importaciones de productos cultivados en campos de trabajo forzado. Y los chinos dicen que no lo hacen, que los productos de los campos laogai no son para exportación. Pero en realidad, sí. Lo que pasa es que son exportados indirectamente. Las empresas de laogai son los productores, pero no los venden directamente al extranjero, sino a una compañía de comercio estatal, y ésta, a su vez, los venden en el extranjero. La gente debería ser consciente de que, cuando se compra un juguete made in China, en muchos casos se están comprando las lágrimas y la sangre de un preso.

P. ¿De cuántos presos hablamos?

R. Imposible saberlo. No hay cifras. Puede ser tan alta como diez millones o quizá sólo cinco. Hoy día rondará los tres o cuatro. Tampoco sabemos el número de muertos, por inanición, enfermedad, palizas o frío, pero no bajará de los 37 millones.

P. Entonces, ¿existe hoy el laogai?

R. Existe como sistema. ¡Claro que existe! [sube el tono de voz, indignado]. Lo único que sucedió es que, tras una comparecencia mía en el Congreso de Estados Unidos y unas declaraciones al diario The Washington Post en las que decía que me gustaría ver incluida esa palabra en el diccionario de Oxford, pues... en China se armó gran revuelo y decidieron seguir con el mismo método, pero lavándole la cara. De laogai pasaron a llamarse cárceles..., pero es la misma tragedia olvidada.

P. ¿Quién ocupa hoy ese tipo de cárceles?

R. Eso ha cambiado algo. En China, en los primeros 30 años de la Revolución, entre 1949 y 1979, la mayor parte de estos encarcelados fueron prisioneros políticos. En China dividieron a la gente en diferentes clases. La clase burguesa, la clase propietaria, la clase trabajadora y la clase campesina. Las campesinas y trabajadoras las calificaron como las clases revolucionarias. La burguesa y la propietaria, hicieran lo que hicieran, eran las enemigas de clase. Lo que sucedió es que muchas, muchísimas personas, sólo por pertenecer a una de esas dos clases, fueron enviadas a los campos. En los primeros 30 años, tal vez el 80% de los prisioneros estaba allí simplemente por su clasificación social. Ahora, en los campos de prisioneros las cifras se han invertido. El 80% son presos comunes, y el 20% restante, políticos. Pero quiero dejar algo bien claro. Ya seas un violador, un narcotraficante o un ladrón de bancos, y aunque nada tengas que ver con política, te siguen mandando al laogai y, previamente, tienes que renunciar a tus creencias políticas y religiosas. Tienes que reconocer que vives por y para el comunismo, ése es el objetivo.

P. ¿Cómo es posible que en China existan 13.000 trasplantes de órganos al año si no hay donaciones?

R. De nuevo la misma respuesta: laogai. El primer país del mundo en trasplantes de órganos es Estados Unidos (50.000, todos registrados); el segundo, China. De esos 13.000 trasplantes, el 95% procede de prisioneros ejecutados. Nuestra fundación estima que cada año existen entre 8.000 y 10.000 aniquilados en los campos de trabajo. La farsa llega tan lejos que la exposición conocida como Bodies, que exhibe las entrañas de los cuerpos humanos, se componía de cadáveres de ciudadanos chinos. La compañía americana que lo financió se llama Premier... Una de las exhibiciones fue en Rosslyn [afueras de Washington]. Yo la vi. Y comprobé que eran todos chinos jóvenes y varones. Quisimos preguntar al Gobierno chino: ¿quiénes son?, ¿quieres ver allí a tu hermano? Claro que no. Pero no hubo respuesta.

P. ¿No salva nada de los casi 60 años de República Popular China?

R. Sin derechos humanos no hay nada que salvar. China tiene una ley de control de la población. Eso es un tema de derechos humanos. Cada mujer en China, el 22% de la población mundial total, y no es ninguna broma el dato, no tiene importancia si está casada o soltera, pero tiene la obligación de pedir permiso al Gobierno si quiere tener hijos. Dar a luz es un derecho humano, pero el Gobierno lo impide. Además, sólo se permite tener un hijo o una hija. Ese hijo aprenderá lo que son hermanos y hermanas en el diccionario porque jamás los tendrá. Tampoco tendrá tíos o tías... Ésa es la realidad. En China no hay libertad. Ni de pensamiento, ni de reunión, ni de religión.

P. China se está preparando para un gran acontecimiento este verano: los Juegos Olímpicos. Pekín cree que ésta es una buena oportunidad para proyectar una imagen distinta del país...

R. Los Juegos duran exactamente 18 días. Los derechos humanos son permanentes. Hablaremos de las olimpiadas en China hasta agosto. Después de ese mes no se volverá a hablar de ello. Cierto es que los Juegos son una oportunidad para que se enfatice el tema de los derechos humanos. Pero si los países no intervienen, no actúan, no emplean algún tipo de bloqueo con China..., seguiremos contando muertos. Ya sean del laogai o de Tiananmen.

P. En su opinión, ¿cómo debería actuar la comunidad internacional con China?

R. Estados Unidos no tiene relaciones con Cuba. Ni con Corea del Norte. Y sin embargo, Bill Clinton negoció acuerdos millonarios con el régimen chino, una dictadura comunista corrupta. George W. Bush recibe sin sonrojo al presidente de China... Podría seguir... Su país, ¿qué hace su país? Nada, como el resto del mundo. Nadie hace nada. ¿Y por qué? Por el dinero. Ésa es la única razón. Hay mucho dinero en juego.

P. ¿Está cansado? ¿Enfadado?

R. No estoy enojado. Ya se ha terminado. Ha terminado [se emociona e intenta contener las lágrimas]. Aunque a veces siento que todavía estoy allí. Y entonces veo a Bush dando la mano y la bienvenida al líder de China... Eso es terrible. Tras la II Guerra Mundial existieron los juicios de Núremberg... ¿Qué pasa con China? [No hacía falta preguntar si está cansado. Su cansancio lo arrastra desde que abandonó su país hace más de dos décadas. Desde entonces ha vuelto en varias ocasiones. Una de ellas, para filmar secretamente un documental de CBS de la serie 60 minutes sobre los laogai. En esa ocasión hizo un testamento antes de abandonar California...].

P. ¿Qué recuerdo le atormenta más de aquellos días?

R. Tengo muchos, todos ellos terribles, pero uno de los que más me obsesionan es aquel día en que ayudaba a otro preso a recuperarse y... finalmente lo mataron. Se murió. De hambre. Era el silencio. Allí estábamos todos tumbados, era de noche, unos al lado de los otros, apretujados por la falta de espacio. Todos callados. Nadie se reía. Nadie gritaba. Nadie lloraba. Todos los días llegaba gente. Todos los días se llevaban a los muertos. El idioma que se hablaba era el de la muerte. "¿Donde está el señor Lee?". "Se lo llevaron como un rollito de primavera". Terrible.

P. Usted ha vivido para contarlo...

R. Sí, pero no soy un héroe. Si eres un héroe, te mueres. Cuando eres un héroe rechazas los interrogatorios. Si luchas, te mueres. ¿Querían que reconociese un crimen? Reconocí mi crimen. Lo que sea. Abandoné mi condición de ser humano. Me reduje de un ser humano a un títere.

P. ¿Llora?

R. Durante muchos años no sabía lo que eran las lágrimas. Nunca lloré. Escuchaba a la gente muriéndose y no sentía nada. Cada mañana me levantaba e iba a trabajar. Así era todos los días, durante 20 años. Por la tarde, cuando regresaba era para buscar comida. Robaba la comida de otros. Me iba a dormir. Eso era todo.

P. ¿Sigue siendo católico?

R. No. Era católico. Era católico cuando tenía 20 años. Después, durante 20 años en el laogai... Dios no me sirvió.

P. ¿Cuándo dejó de ser Wu Hongda para convertirse en Harry Wu?

R. Desde que llegué a Estados Unidos cierro la puerta de mi casa con cerrojo para no dejar entrar al pasado. No quiero saber nada de la política, no quiero leer periódicos. Sólo quiero disfrutar el resto de mi vida. Aunque eso es muy difícil. Pero soy un hombre libre. Me acuerdo de tanta y tanta gente que no es libre... Tantos y tantos. Tú no entiendes, nadie entiende. Tengo 71 años y el final de mi camino está próximo. No me importa. Casi crucé esa línea dos veces. Ahora soy Harry Wu. Un hombre libre. Con una esposa y un hijo de 10 años, Harrison. No me importa ya cuánto tiempo me queda.

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FUERTE VERDAD? Pues no, el gobierno chino es lo más y nos vamos todos allí este verano a pasar unas lindas vacaciones (y a legitimar estas salvajadas).

sábado, 3 de mayo de 2008

La verdad... me la pela.

Hartito y sonriente de que ocupen el tiempo conmigo en los corrillos, pensando que eso les sube de categoría... dedicado a los trepas y asalariados: