domingo, 24 de marzo de 2019

Que escándalo

No pensé que tuviera que volver a hacer esto. No creí que fuera necesario, pero sí. Llegan otra vez las horas en las que cada uno ha de asumir, en la medida de sus posibilidades, la responsabilidad de defender su propia dignidad individual y los derechos colectivos. Esta entrada, que en sus primeras líneas pudiera parecer sólo unas palabras grandilocuentes, no son más que una cuestión práctica.

Hace unos días subí una foto en ropa interior a la red IG, tampoco era la primera vez que lo hacía. Esa fotografía tenía una fecha y un texto. Pero al parecer todavía hay personas que no leen ni interactúan con quienes tienen agregados a sus redes sociales.

No hacía ni 24 horas que varios líderes de partidos políticos de mi país tuvieron la idea de proclamar, en varios medios de comunicación, que las personas LGTB no deberíamos tener acceso a la institución del matrimonio y, por tanto, según nuestra Constitución, no podríamos tener derechos plenamente equiparables al resto de la población. Decir esto, después de más 15 años de la reforma legal y el apoyo del Tribunal Constitucional, es un ataque frontal a la dignidad personal de quien crea en la libertad y en la dignidad colectiva de toda la ciudadanía. Ignorar ésto, ahora en 2019, es desconocer la realidad en la que se vive.

Igualmente, reprocharme personalmente en cualquier grado que publique este tipo de fotografías, acompañada de un texto que lo explica, es desconocer mi propia historia y mi compromiso con el activismo y la dignidad personal. Tuve la oportunidad y el honor, muy sufrido, de estar al frente durante más de una década, del movimiento LGTB en mi tierra y sigo llevando esa bandera con orgullo.

Pero este, incluso, no es el motivo que más me llama la atención. Uno de esos "reproches", me vino de alguien 20 años menor que yo y aludía (después de haber explicado todo lo anterior) a lo innecesario de este comportamiento por mi parte, es decir, que según él no se lucha por los derechos saliendo medio desnudo. Todo esto sin inmutarse previamente por sus propias fotos en verano que lucen mucho y más explícitamente que las mías, pero ejem... corramos un tupido velo y centrémonos.

Este mismo argumento, el del miedo a los cuerpos y el rechazo a lo explícito basándose además en una supuesta superioridad moral (como si tu no cagaras todos los días), es uno de los que me encontré al inicio de mi trayectoria asociativa.

Es evidente que seguiré subiendo las fotos que me plazca y cuando me plazca, y cuando se trate de alguna que pudiera herir la sensibilidad de cualquiera llevarán su correspondiente texto. Es evidente también, que esas mismas personas que reprochan una foto en bañador o ropa interior, no gustarán de otras manifestaciones visuales o artísticas que se vienen dando desde que existen registros de memoria de la humanidad, por ejemplo, en la Grecia clásica, el Renacimiento o la época del Pop y el Punk.

Hay que entender, finalmente, que detrás de cada imagen y publicación hay una historia y una razón. En mi caso están más que claras. Puedo disculpar el mal gusto, es algo intrínseco a la falta de formación, pero no sé hacer lo mismo, ni quiero, con la ignorancia y mucho menos con la displicencia.