viernes, 22 de octubre de 2010

La otra cara de la excelencia

El volver a tener contacto directo con la universidad tiene sus méritos a la edad que rondo y también tiene sus desapegos, pero no son por la edad que rondo, porque son los mismos que tuve hace más de 10 años en mi primera incursión en busca del cum laude de mi libertad.

La universidad pública, como cualquier otro estamento de la sociedad civil, se gobierna. En el caso de España de la forma menos democrática imaginable, dentro de la democracia en la que vivimos. El equipo de gobierno, compuesto únicamente por miembros del profesorado es elegido por la totalidad de la comunidad universitaria (profesores, alumnos, becarios y personal de administracion y servicios) con el llamado "voto ponderado".

Este voto ponderado hace las veces de sesgo de la representación númerica, es decir, el voto de un alumno vale, si fueran todos a votar, 1/8 de lo que pesa el voto de un profesor. Es decir, vale una mierda.

A pesar de ello y hasta la fecha, ningún representante estudiantil de primera línea en la Universidad de Murcia ha reclamado la eliminación de este paripé, su modificación o cualquier otra cosa que se le parezca. Será por estas cuestiones que en las elecciones a Rector no van a la urna ni el 10% de los matriculados y luego hay quien se queda tan fresco diciéndo que la juventud no se compromete.

Por contra, el gobierno de la universidad pública se mata todos los días por confirmar asegurando que el alumnado es lo más importante. Asistan ustedes a una reunión de cualquier Departamento para confirmar lo contrario. La parte mayúscula de mi descontento con esta forma de gobierno es el BUM o Bienvenida Universitaria, celebrado recientemente, que resumo en un macrobotelleo de 10 mil personas que elijen libremente concentrarse un día a hacer lo que se hace en un botellón.

Vaya por adelantado que defiendo como el que más el hábito saludable de tomar copas con los amigos sin que esto produzca protestas vecinales, más aún cuando se ejerce la potestad de consumir lo que a uno le da la real gana, ahora bien. Ni hace 10 años ni mucho menos ahora, me ha parecido bien que la universidad pública dedique sus recursos a estos eventos.

Me explico. El presupuesto de la universidad pública, que pagamos todos, está seriamente comprometido. Si bien el grueso de las cuentas casi no se ha tocado, los ingresos por convenio han caído seriamente, lo que obliga a reducir partidas para salvaguardar otros gastos considerados "ineludibles" como el BUM. Este año, 2010, la Universidad de Murcia ha hecho una inversión para pagar las nóminas por antigüedad (trienios, tipos en convenio colectivo, etc), ha cerrado y suprimido servicios durante el verano, y podría seguir con la larga lista de ejemplos ahorrativos pero no quiero aburrir.

Cuando los estudiantes estamos masificados en las aulas, carentes de plazas de biblioteca, sin poder poner en marcha plenamente el EEES, porque no hay inversión en espacios y medios y porque nuestra universidad no compromete al profesorado a que se ponga al día en nuevas tecnologías, sufriendo el transporte de la LAT y de las conexiones a Murcia desde otro sitios, cuando ves las carencias en los trámites de matriculación, secretaría, y cualquier otra cosa que no es puramente la materia que has ido a estudiar, con todo respeto, te da un poquito de asco ver como luego esta gente se va de cenas, porque realmente tampoco es que se lo hayan ganado.

Superenfadísimo, decidí participar para cambiar y pregunté al rector sobre el voto ponderado y me contestó que el no podía hacer nada. Le pregunté a la vicerrectora de estudiantes sobre el BUM y me dijo que no se podía cambiar nada.

Por último, recogiendo la invitación previa del gobierno de la universidad, quise colaborar de pleno en el proyecto para la excelcencia universitaria, el rector me dijo delante de unas 40 personas que adelante. Cuando fui a la reunión, el vicerrector me dijo que ya estaba hecho todo y que no era necesaria mi presencia.

Esta es la otra cara de la excelencia. No hay nada que los estudiantes podamos hacer... porque simplemente no quieren que hagamos nada.

No hay comentarios: