Una de las pocas personas con credenciales de honestidad, trabajo duro y gallardía que quedaban en la podrida clase política murciana ha decidido volver a su campo profesional y dejar su acta de servidora pública.
En mi opinión, María José Alarcón, murciana hasta la médula, invita con este acto a toda la izquierda de la Región de Murcia a que se dejen de mierdas y se arremanguen. El trabajo que queda por hacer es arduo: acabar con la red de clientelismo del PP, con su populismo barato, con sus cutre-consejeros, con la panda de sacabarrigas más grande nunca vista.
Y esto, señores míos, solo es posible hacerlo currándose la calle, los barrios y las pedanías como lo ha hecho Alarcón estos últimos 3 años (y el pico). La política de altos vuelos es para los que quieran volar alto, yo prefiero estar cerca de la gente que le gusta ser cercana.
A falta de que todo sea una leyenda urbana y decida quedarse, reitero, como siempre he hecho, mi más profunda admiración y respeto a la única persona que ha tenido narices para toserle a Cámara y su camarilla.
A ver si los demás vamos aprendiendo.
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