lunes, 29 de noviembre de 2010

Dice Fran

Intento ser delicado expresando mis ideas y no quiero que nadie se sienta ofendido. Pero la región de Murcia recuerda mucho a la Marbella del GIL, y no es la primera vez que lo digo. Allí los gobernantes aplastaban a la oposición, como aquí. Controlaban todos los medios de comunicación, como aquí. Se organizaban campañas de desprestigio contra los “elementos” críticos, como aquí. Los empresarios encantados y enrocados con el poder, como aquí. Los sindicatos silenciados, como aquí. Los jueces, controlados, directa o indirectamente, por el poder político, como aquí parecen estarlo. Los políticos marbellís hicieran lo que hicieran, bien o mal, mejor o peor, eran jaleados por los ciudadanos, como aquí. Gracias a ese control de medios y recursos económicos, la sociedad civil marbellí fue aplastada; desapareció, murió, como aquí. Y los corruptos, los pésimos gobernantes, los peores gestores, hicieron su agosto, como aquí. Primero liquidaron a la oposición. Después otorgaron distintivos de buenos y malos marbellís. Y por fin, crearon un régimen clientelar y absolutista, donde quienes se arrimaban podían recoger migas del pastel y subsistir, y quienes no, eran automáticamente ninguneados política, social y económicamente, como aquí.

Esta región recuerda mucho a aquel bonito municipio malagueño. Algo muy grave está pasando, como allí, aquí. Algo muy grave vienen tramando, quizás, políticos y grandes empresarios, poderes locales y financieros, que consiguen anestesiar la capacidad crítica de los ciudadanos, aquí, como allí. La oposición puede desaparecer, como allí, y no es una metáfora ni una alarma injustificada y exagerada. Sería la confirmación de que un régimen absolutista, aunque refrendado en las urnas, se ha instalado para quedarse en Murcia, Cartagena, Lorca y en todos y cada uno de nuestros municipios. Un pensamiento único que se impone inexorablemente, una única forma de ser murciano, de defender esta región, de vivir en ciudadanía dentro de la sociedad murciana: ser del PP, y demonizar a quien no lo sea. Como en Marbella con el GIL, aquí, sí. Y será así mientras los ciudadanos así lo quieran, aquí, como allí. Se llama democracia. Tendremos que respetar la palabra de los ciudadanos. Pero no quita que algunos exclamemos que algo muy grave, algo que huele muy mal, está pasando y está gestándose en las cloacas de la región de Murcia desde hace algunos años. Esperemos que aquí, no terminemos como allí...aunque tiene toda la pinta. Algunos soñamos con una sociedad plural, sostenible, crítica, y sana, aunque sea bajo un gobierno del PP. Pero tendrá que ser con otros gobernantes, con estos, es imposible. De momento han logrado su objetivo: aniquilar a la sociedad civil murciana. Tienen vía libre para hacer y deshacer a su antojo. O los jueces lo remedian, o terminamos como Marbella, o peor, como Sicilia. Una pena.

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