sábado, 12 de noviembre de 2011

Pase lo que pase

Hay quien dice que estos comicios que se nos vienen encima en unos días son pocos trascendentales y que de ahí el perfil bajo de la campaña electoral que estamos viviendo.

Hay quien afirma, por el contrario, que son de las mas trascendentales de las que hemos tenido en nuesrea joven democracia y que, poco menos, que nos lo jugamos todo a una carta (o a dos, Rubalcaba y Rajoy).

Entre las dos variables de los extremos de la trascendencia hay pocas cosas certeras, quizá la más evidente sea una necesaria nueva vida democrática en este país. Una regeneración de ideas impulsada por la indignación ciudadana y que ya ningún partido que se precie de serlo (esto excluye a algunos como al PP) puede esquivar.

El compromiso de la democracia participativa ha empezado su camino, que será bien largo, y que nos llevará inevitablemente hacia cosas tan ajenas para nosotros como son las consultas populares, las listas abiertas, las auditorias externas, los compromisos de transparencia... y un sinfín de figuras legales que hasta ahora veíamos con envidia en los referentes nórdicos o centroeuropeos.

Inevitable será también combinar estos pasos con la recuperación de la dignidad ecnonómica y que sean los estados los que marquen las normas de juego, y no las empresas multinacionales que solo representan intereses particulares. Y tanto como inevitable, inexcusable.

Porque este es el verdadero reto, resistir el ataque frontal al Estado del Bienestar, siendo críticos y participativos. Llega el momento de ser más generoso que nunca, porque lo contrario será ser tan ciegos como siempre.

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