viernes, 21 de septiembre de 2012

No tengo derecho a la universidad pública

La ausencia de clase dirigente me lleva a pensar y escribir estas líneas tan duras, pero que quiero acompañar con una propuesta final.

El curso ha comenzado y aquello que debía ser una etapa de ilusión, por estar tan cerca de terminar mi carrera universitaria, se ha convertido en una carrera pero de obstáculos, los económicos.La subida de tasas universitarias y las restricciones que el gobierno ha puesto para acceder a una beca me sitúan, virtualmente, fuera del sistema educativo superior.


La actitud mostrada por el gobierno del PP, de soberbia ideológica sobre todo lo que huela a libertad y progreso, y de los rectores de las universidades españolas, que en su gran mayoría han firmado las órdenes que aplican estos recortes, es la consumación de una universidad elitista, que estará formada no por los mejores del sistema, sino por los que, pagando, puedan demostrarlo.

Hoy, muchos han sido los que, en un acto de rebeldía pacífica, han interrumpido en los actos de celebración de apertura de curso académico en universidades públicas de toda España. Y me alegro de que haya sido así. También en mi tierra, en Murcia.

El rector de la Universidad de Murcia, como otros muchos, se ha jactado de estar en contra de una reforma de las normas (tasas y becas) impuestas por el PP y su mayoría absoluta. Pero el rector olvida alguna cuestión de recorrido.

Lo primero que obvia el rector de la primera institución educativa de la Región, es que es precisamente eso, la cabeza visible de un lugar tan importante que acoge al trabajo y formación de decenas de miles de personas (aprox 40 mil entre estudiantes, profesores, personal administración y servicios, becarios, empresas asociadas, empleos indirectos, etc) y que su postura ha de estar a la altura de posición.

Es la única persona en la Región de Murcia que puede decir un rotundo NO al Gobierno de Valcárcel, y puede negarse a firmar nada que expulse a los alumnos de la universidad pública, o en su defecto, utilizar la autonomía universitaria reconocida en la Constitución para encarar batalla abierta contra este tipo de políticas. No lo ha hecho, y motivos tiene.

El único motivo por el cual se permitió su ascenso fue que hiciera de la UM un remanso de paz, y no un foco de conflictos como ahora está sucediendo. Habiéndo fracasado en su único encargo no le esperan más grandes lides en esta Región, a no ser que le fichen de Consejero, no faltan precedentes.

Es personal, totalmente personal, porque van contra mi persona, aquellos que por acción u omisión, desde las responsabilidades públicas permiten que no pueda terminar mis estudios en la universidad pública (o que otros los empiecen), dicho más claramente, no tengo derecho a estudiar porque no tengo dinero.

Lo cierto es que, como dicen en Cuba, me suda el mango que me acusen de destructivo, pero aún así lanzo una propuesta abierta a las autoridades universitarias, para que demuestren su efectivo compromiso del que tanto se pavonean:

En el uso amplio y extenso de la autonomía universitaria, que se comprometan a no cobrar más que el primer plazo de matrícula, hasta que esta situación abusiva e injusta revierta y haya un cambio de política.

Y atentos, porque legalmente, pueden hacerlo. 

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