domingo, 30 de marzo de 2008

Carguémonos el planeta... un poquito más




Los capítulos más recordados de la historia de la humanidad son los teñidos de sangre: El holocausto judío, la noche de San Bartolomé, la crucifixión de Jesús de Nazaret, Vietnam, Yugoslavia, el Franquismo....






El ser humano tiene especial atención para con estas tramas de su identidad, será porque en el fondo somos unos sádicos.






La prueba está en que nadie llevará a los tribunales para que den con sus húesos en la cárcel a los misóginos impertubables que mueven los hilos de nuestro mundo.






La mayor amenaza contra la estabilidad del planeta, su supervivencia como estructura física, y su superviviencia como soporte de la fauna (humanos incluidos) y flora que lo habitan tiene ya un denominador común: George W. Bush.






Este engendro tramposo que no quieren en su propio país, malhogrado presidente, patán de la política y la diplomacia, ignorante hasta el grado supremo, proverbio de malas hazañas y sinónimo de desvergüenza quiere más petróleo. El de Alaska.






No ha tenido bastante con el baño de sangre de ha provocado en oriente medio, quiere más, quiere mucho más, quiere hartarse de sangre. Es un maníaco que en el culmen de su locura ahora se niega a reconocer la necesaria superviviencia de las especies del suelo sobre el que manda.






Le ha puesto fecha de caducidad al Oso Polar porque, al peluche en cuestión, se le ha ocurrido la mala idea de vivir justo encima de una de las mayores reservas mundiales de crudo, pobre infeliz. ¿Cuánto? unos 50 años aproximadamente antes de que tengamos que verlos exclusivamente disecados en el zoo más próximo a la Casa Blanca.






A la par Canadá, esa nación que lejos de distanciarse de las barbaridades de su vecino, cada día se le parece más. Casi 300 mil focas serán ejecutadas esta primavera por orden del gobierno federal canadiense.






Luego se quejarán de que nadie les respeta ni quiere en el mundo... y es que cada uno se mete lo que quiere en el cuerpo. Éstos... sangre. No les saldrá por los ojos.

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