miércoles, 19 de marzo de 2008

Dice Julio López (y lo sigue pensando)


He intentado parecer duro, como si no me afecta cuando pasara algo malo, intentnado que no notases que pienso en ti cada día durante más horas, lo he intentando por todos los medios pero no lo he conseguido, sería acaso una derrota sino hubiera sido porque ese mismo intento se tornó en la victoria de un amor que no para de crecer.



Había escuchado un sinfín de melodías para este y para otros momentos, imaginando si sería un atardecer, o un amanecer, sin llegar antes a la conclusión, tan evidente, de que cualquier momento del día o de la noche a tu lado, es el momento perfecto.



Volver a un punto donde estabas antes han dicho cientos de pensadores que es una vuelta atrás, yo en cambio he hallado otro teoría que según me han dicho es igualmente válida, si no lo es más, volver al punto donde te sientes con fuerzas no es volver atrás, sino caminar hacia delante y si es enamorado, lo que haces es con doble mérito.



"Como borracho yo no sé de qué" dijo una canción que volví a escuchar hace poco... con cuanta razón.



Cuando creía que el amor era ese sentimiento donde se sufría tanto, después de sufrir más, venías tú con una sonrisa y hacías que me diera cuenta que las cosas buenas de la vida están para disfrutarlas.



Cuando aún pensaba que el amor consistía en sacrificarse y dejar de lado algunas utopías, viniste tú con tu mirada para hacerme ver que en realidad se trata de llegar a cumplir los sueños, los tuyos y los míos también.



Cuando me pasé tanto tiempo olvidando, llegaste tú... a recordar que todo es posible con decisión y esperanza.



Tengo que darte las gracias por tantas cosas, por hacerme olvidar y por hacerme recordar, por los superabrazos y los sanfranciscos, por las siestas de este verano (que gran verano) y por el nidito. Darte las gracias por los detalles, por dejar que te edulcore con las gominolas y por ser el causante del gran invento de la época estival: la julipiriña.



Gracias por la persiana, por el espejo y las estanterías, por sonreírme, por dejarme tu goma del pelo, por lo de mi madre, gracias por aliviarme del susto.



Pero sobre todo gracias por estar, por quedarte, por dormir en mi cama, no es sino un millón de motivos lo que tengo dentro para sentirme orgulloso de estar compartiendo contigo tanto tiempo.



Esta no es una carta de amor, el amor ya está escrito en la memoria, pero llegarán las cartas reclamando nuestra vida juntos un te quiero y evocando las noches de cariño que tanto me has hecho disfrutar.



Es pues ésta una carta para decirte que me gustaría mucho que me siguieras teniendo a tu lado, que me encantaría seguir desbordándote, que quisiera poder hacerte la vida un poco más fácil y que te sientas al menos, un poco más feliz.




Te quiero.


Julio.

No hay comentarios: