miércoles, 7 de abril de 2010

De repente un extraño

En el idílico edificio de la calle Génova, sede del PP, tienen despacho Bárcenas y Sepúlveda, dos destacados miembros de la trama Gürtel. Nada (dentro del edificio) parece apuntar que vayan a perderlo, todo (fuera del edificio) indica que deberían enseñarles la puerta más pronto que tarde.

El PP comenzó en este caso mal y acabará peor. Empezó mal acusando a jueces, fiscales y a los fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado de organizar una trama, mandada por el ministro Rubalcaba, que pretendía arrinconarles y desprestigiarles, que todo era un gran invento y que ellos no sabían nada, que les pillaba de lejos.

Y acabará peor, porque por lo pronto hay involucrados de forma contundente por la Brigada de Blaqueo de Capitales de la Policía Nacional, la Fiscalía Anticorrupción y la Agencia Tributaria del Ministerio de Hacienda, una lista interminable de figuras del partido de Rajoy:

2 Gobiernos Autonómicos (Madrid y Valencia) y los aparatos del PP en esos terrotorios, 5 diputados Autonómicos, 2 Senadores, 1 Presidente de Comunidad, Concejales, Empresarios, Testaferros, esposas y cuñados... como en la historia de la bronca, aquí parece ser que va a cobrar hasta el apuntador.

Y va para rato (uf) pero lo prefiero así, porque despacio y con buen pie conoceremos aproximadamente dentro de un año como se resuelve todo y quien va al trullo, que espero sean un montón con un montón de años, porque ya está bien de meter la mano.

A ustedes no sé, a mí me produce asco. Después de haber leído y releído algunas partes del sumario de 67 mil folios del caso Gürtel y de los medios de comunicación al respecto, no puedo más que expresar mi más aboluta repugnacia hacia quiénes se han lucrado con el dinero (el esfuerzo) de todos los que estamos ganándonos el sueldo todos los días sin descanso.

Ese sería un buen resumen, pero quiero ir un poco más allá y decir que, para mí, es igual de repugnante que Mariano Rajoy no aplique el bisturí de forma radical y siga tapando a una piara de correligionarios suyos, que de uno u otro modo están involucrados en esta trama que, cuánto menos, han manchado la ya denonstada imagen de la clase política.

Lo más repetido por el PP en estas últimas horas es que: "ni un euro vino a parar a las arcas del PP"... claro... porque se lo ahorraban...

QUE POCA VERGÜENZA!!!!!!!!!

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