Aminatu es vida

Que la señora Haidar esté semi presa en el aeropuerto de Lanzarote desde hace un mes tiene una causa directa, indiscutible y real. Rectifico, tiene cerca de un cuarto de millón de causas directas, indiscutibles y reales: son las 250 mil almas que viven más de 30 años de exilio al sur de la ciudad de Tinduf, en pleno desierto del Sáhara.

Esas 250 mil personas están donde están después de que Francia administre finanzas y poder, de que Estados Unidos se apropie de los recursos naturales de la zona (rica en minerales, fosfatos y petróleo) y de que, gobierno tras gobierno España mire para otro lado y se olvide de que el Sahara Occidental es una nación internacionalmente reconocida.

Aminatu ha pasado más de una vez por la huelga de hambre (detención ilegal, reclusión, etc) lo que le confiere no el don de la repetición sino de la entereza, de la altura moral suficiente como para toserle en la cara a la monarquía alauí, la misma que vive en el oropel mientras su pueblo se muere de hambre y sus súbditos se juegan la vida en el cementerio del estrecho de Gibraltar.

Ahora el gobierno marroquí, consabida dictadura, tiene la poca vergüenza de amenazar con bajar la guardia en la vigilencia de sus aguas territoriales. Este es el punto final de quien demuestra que la vida en general y de sus conciudadanos en particular le importa poco menos que un pepino.

A las puertas de la muerte, mientras todos se pelean por si Aminatu fue expulsada, detenida, retenida o qué, ella sigue defediendo la legalidad internacional, las resoluciones de Naciones Unidas y sobre todo la vida, la suya y la de un pueblo y su cultura.

Aminatu es vida, quiero que siga siendo así.