miércoles, 29 de octubre de 2008

Siempre los mejores

Resulta un tanto difícil , a la par que doloroso, hablar de las enfermedades que atañen a la gente que tienes, de una u otra forma, cerca.

Cuando trabajas en plenitud en una empresa, esto es ques estás más que cómodo con jefes, compañeros, tareas e incluso horas que no te tocan, es inevitable por la propia condición humana crear lazos de amistad/cariño/afecto.

Recientemente dos personas de mi última incorporación laboral han sido diagnosticadas de cáncer, terminales de cualquier modo, se les ha pillado tarde y mal.

Son y han sido siempre ejemplos de dedicación, esfuerzo y compromiso. Figuras en las que fijarse para no decaer, incombustibles en su ilusión y cercanos sin recelo.

Puedo decir esto sin ruborizarme ya que más de una vez se lo he expresado a ellos mismos, sin ni tan siquiera haber conocido su enfermedad. No hace falta que dé nombres, quien me conozca sabe quienes son.

No voy a extenderme mucho más, solo decir, que sin mirar el reloj para esperar el momento fatal, les deseo la mejor de las fortunas.

Siempre a los mismos. Siempre los mejores.

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