martes, 2 de febrero de 2010

Internet es libre

Tan solo había que echar mano de la hemeroteca o de los recuerdos de la viva historia para darse cuenta que cualquiera de los cambios que han mejorado nuestra sociedad han sido pausados, lentos, los que calan como la lluvia fina y persistente. Desde los derechos civiles a los electrodomésticos pasando por las tendencias artísticas o la misma moda...¿Dije cualquiera?

Craso error, hay un cambio que nos ha afectado a todos, a la civilización, a la aldea global, a este mundo que por primera vez en su historia está intercomunicado sin aranceles ni barreras, porque hay un bichito, una herramienta que nos permite llegar de un punto a otro del globo sin necesidad de pedir permiso.

Internet, la red de redes, es el invento de los últimos 100 años que más nos ha cambiado la vida. La evidencia tiene peso específico. Negarlo o discutirlo sería estúpido como el que negaba ver al elefante rosa dentro de su garaje. Ni tiene igual ni procede buscarle cosquillas.

Como todos los inventos que nos mejoran la vida, internet tiene dos primos que van con él a todas partes. Su efecto democratizador y su relación con el poder.

EL primero de ellos, como el de todos los inventos, no sólo nos ha hecho la vida más fácil como decía sino que además nos ha equilibrado, nos iguala, nos permite medirnos como pares en una sociedad en constante conflicto, cualquier cosa que produzca este efecto elimina tópicos absurdos y desvela un poco más la verdadera naturaleza del ser humano y nos hace un poco mejores.

El segundo, el intento del poder por evitarlo, suicidarlo, acotarlo o restringirlo es el que viene inmediatamente después. Pasó lo mismo con la luz eléctrica, con el voto de los inmigrantes y si me apuras hasta con la fregona.

A estas lindes es a las que acudimos en estas fechas. Al intento del poder, de los lobbys, las empresas, los distribuidores y los gobiernos por acotar algo que no se puede acotar. Internet es libre, para verlo dónde ellos quieren debieran habérselo cargado en el momento de nacer, pero (oh ciegos), lo dejaron crecer y ahora no se puede parar.

No sé cuantas leyes nacerán en nuestro occidentalizada sociedad para restringir las libertades adquiridas por derecho propio, sí sé que todas ellas acabarán más pronto que tarde en el cubo de la basura con destino a la planta de reciclaje (otro buen invento).

Lo diré más claro, pero no más alto. Si alquien pretende que por declarar ilegal los besos nos dejaremos de besar perderá la razón, el tiempo, la oportunidad de mejorar y el poder.

1 comentario:

Unknown dijo...

Yo desde este país donde te dije que me venía y donde poco a poco, como hemos dicho, me gustaría venirme a vivir, te puedo decir que en ciertas partes del mundo las cosas cambian muyyy lentamente. Si bien es cierto que en el campo económico y demográfico creo que en el mundo árabe nos llevan la delantera por la riqueza que tienen económica en cuanto a recursos (gas natural, petróleo, etc) y demográfica (cultura de la familia como espacio de crecimiento, como un espacio para criar los niños, aquí he observado que cuando una mujer tiene un niño, la sociedad entera se vuelca para ayudarla a criarlo, sin necesidad de que el estado articule mecanismos para ello, porque la misma sociedad se encarga de proteger al niño, y no la "condena y castiga" como ocurre desgraciadamente en las sociedades occidentales).

Por otra parte, aquí desgraciadamente se da por hecho que un hombre que con 30 años no se ha casado "no es normal" y es "apartado de la sociedad" al círculo de los "no normales"... ¿solución? pues que una inmensísima mayoría de hombres "no normales" busca una mujer, se casa, tiene hijos y sigue haciendo su vida, incluso teniendo la misma pareja que tenía antes de casarse y que tendrá con suerte hasta que muera uno de los dos, porque eso si... son mucho más fieles unos a otros que nosotros en nuestra sociedad "superdesarrollada".

Hay que desarrollar muchos aspectos en esta sociedad, una lluvia fina cae poco a poco: no era posible el divorcio, y ahora el marido puede divorciarse directamente, pero la mujer puede solo pedirlo al marido. El hombre puede tener hasta cuatro mujeres...

Realmente en muchos aspectos me ofrece mucha esperanza esta sociedad, esperanza, verde esperanza como el verde de su bandera de Argelia.