viernes, 11 de junio de 2010

La importancia de ser diferente

En estos días donde el mundo parece que se viene abajo, que la economía está mal (como si hubiera estado bien alguna vez) donde siguen las guerras, el hambre, la violencia y el sufrimiento de tantas personas hay que pararse un momento, mirar alrededor, respirar profundo y dar un paso más para terminar con todo lo anterior... porque siempre será buena idea dejar atrás el dolor.

Han sido los poderosos, los que desde sus poltronas de dinero estafado han decidido quienes formaban parte de la élite y quiénes no. Su cruel variable espartana seleccionaba a los mejores de cada casta, de cada casa, de cada familia y dejaban al resto atrás, en el pozo, en la miseria del olvido.

El objetivo estaba claro, señalar al considerado diferente del normal, ensañarse con el distinto para cercarlo, apartarlo y por último... eliminarlo. No hay mayor indecencia que una sociedad que excluye a sus semejantes.

Las mujeres, los pobres, los gays, los de otro credo, los de otra raza, aquellos que pensaban diferente o los discapacitados. Daba igual siempre y cuando estuvieran lejos, callados o muertos.

Las tornas cambiaron y poco a poco hemos podido comprender que una de las mayores riquezas de las que disponemos en este planeta es precisamente la existencia de las diferencias, aquellas que en lugar de alejarnos verdaderamente nos acercan a componer el gran mosaico que es la humanidad y que compone la más compleja y pura de todas las sociedades conocidas.

La vida es sagrada y ninguno de nosotros nunca más podrá dar marcha atrás, porque hemos conseguido barrer del pensamiento más actual la lacra de la vergüenza de ser distinto, ahora los diferentes son ellos, los que nos daban la palmada en la espalda, los que nos miraban por encima del hombro, los que nos perdonaban la vida con una sonrisa.

Ser distinto sigue siendo un reto, porque la igualdad de las leyes que nos hemos dado aun no ha calado en lo más profundo de la ciudadanía pero lo hará. Ser distinto y reconocido como tal es hoy el reclamo que hemos de hacer todos para recordarnos que ese camino del principio está aún por andar. No usemos ninguna excusa para olvidarnos de quien nos necesita.

Ser diferente es hoy garantía de atención y aún mas importante... es un símbolo a la dignidad del ser humano, porque son los diferentes los que enlazan a nuestro mundo con la justicia, la prosperidad y el bienestar.

En estos días, en estos tiempos, a todos vosotros, a todos los diferentes... gracias.

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Dedicado a mi amigo Grégory.

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