miércoles, 9 de abril de 2008

Flipar o no flipar... esa es la cuestión.


Estos días tan protocolarios, tan de "maceros" y de discursos más o menos ideológicos, dependiendo de quien hable, son por de pronto muy poco sorprendentes.


Pocas novedades en las sesión de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero para que repita como Presidente del Gobierno. O a decir verdad, solo una.


La novedad en esta ocasión es el comportamiento de la bancada socialista, que ha ejercido con 169 como si realmente tuviera los 176 escaños de mayoría abosluta. Y aunque el número no sea el mismo, y matemáticamente esté cerca, se ha extrapolado esa sensación a la acción parlamentaria que más tarde veremos en la acción de gobierno.


Si eso es bueno o malo para la ciudadanía es algo que sólo podremos observar y decidir con el tiempo, pero por de pronto ha servido para que la otra parte del hemiciclo esté más en su sitio, es decir, en la oposición.


Y además en todos los sentidos. Oposición porque no gobierna y oposición porque discrepa constructivamente, ahora bien, saquemos de esta ecuación al Partido Popular. Ahora mismo están más preocupados de sus pugnas que de lo que realmente se cuece en el Parlamento (normal sabiendo que está todo el pescado vendido) y ojo porque no son los únicos.


A lo largo de la legislatura veremos como se le allana el camino a Zapatero para seguir gobernando. A la desactivación del PP por los retales del congreso de junio que celebran en valencia hay que añadir varios factores que confirmarán lo que decía antes, esos 169 sirven como 176.


1º- ERC también vive proceso de cambio y si no hay sustos de última hora, Puigcercós será el nuevo líder de la formación. Lo cual acerca mucho más ERC al PSC y en consecuencia al Gobierno del Estado, recordemos la más que buena relación que Puigcercós mantuvo con Rubalcaba y Zapatero cuando era portavoz en el Congreso.


2º- Joan Herrera (Iniciativa) es poco sospechoso de poner trabas a un gobierno de izquierdas.


3º- Llamazares tendrá las manos muy libres en su escaño porque salga lo que salga de la Asamblea de Izquierda Unida no habrá una dirección ni un liderazgo sólido en la formación. (Rosa Aguilar empieza a decir que puede irse, como dato)


4º- El baile PNV o CiU. Son dos parejas de baile bien distintas, y recelosas la una de la otra. El Gobierno no puede negociar con los dos al mismo tiempo por dos motivos bien distintos: Uno que ambas formaciones son reivindicativas de máximos y no de mínimos (como Coalición Canaria) y por tanto no se puede dar al mismo tiempo a las dos todo lo que van pidiendo. Y dos, que entre ellas hay desde hace años "pique".


5º- Queda más que asegurada la posición de colaboración del BNG.


Por lo tanto si Alonso, Jaúregui y Dela Vega saben lidiar al menos como la pasada legislatura, nos esperan 4 años mucho más calmados que los anteriores y desde luego, más fructíferos.



Esperemos que así sea.


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