La Asamblea General del Consejo de la Juventud de la Región de Murcia, celebrada este fin de semana en La Manga del Mar Menor, tuvo dos aspectos importantes.
El primero de ellos es por una parte la confirmación de que el trabajo realizado hace cuatro años por las fuerzas progresistas ya no existe, que tampoco existe el entendimiento y acuerdo de las mismas fuerzas progresistas y que se ha dejado de luchar por uno de los pocos reductos que aún le quedaban por desactivar a la derecha de la Región de Murcia.
El segundo de ellos es la existencia de responsabilidades: existe un responsable máximo de todo esto, quién considero que se lo ha montado genial... el propio Presidente del CJ. Ni hace lo que dijo que haría, ni representa lo que dijo representar, personalmente creo que ha puesto en venta tanto su persona como el propio consejo.
Pero no se hubiera puesto en marcha sino fuera porque otros se lo pusieron fácil. La comodidad de algunos se convirtió en la necesidad de los demás.
Desde Pecaminata, Asociación LGBT, que se ha caracterizado estos últimos años por enfrentarse políticamente a la derecha en el poder, y en tirar del carro de parte de la izquierda muy adormecida, hicimos un discurso muy crítico.
Entendíamos que así debía ser, que era el papel que nos correspondía y además afirmando que en absoluto éramos responsables (tenemos 3 votos de los casi 100 que componen la asamblea) de la conformidad de quién sí tiene margen de maniobra.
Sabrán aquellos que se cruzaron de brazos porqué lo hicieron y si el precio que se ha pagado por no aglutinar a la izquierda ha sido justo y/o merecía la pena.
Particularmente tengo la profunda convicción de que ni es justo, ni merece la pena y que cada día que pasa nos parecemos más a todos esos que dijimos una vez que no queríamos parecernos.
El resumen de todo esto para Pecaminata es esta foto de la Delegación (gracias chicos). Es lo que nos pareció la Asamblea... un timo y un aburrimiento:
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