lunes, 29 de junio de 2009

Tomen nota

Si bien todo es mejorable, y la experiencia crítica me obliga a reconocerlo, creo finalmente que la experiencia de este 2009 al sacar el Orgullo a las calles de Murcia, es la de poner el énfasis en el hecho en sí. Antes no, Ahora sí... parece un concepto fácil de entender, un evento progresivo que lentamente va ganando terreno y en consecuencia, solidez.

Pero hay que saber de dónde se viene para saber dónde se está. Hace tan sólo 10 años los únicos LGTB que sabacan la cara por la comunidad LGTB eran: Jordi Moll (DEP), Lola Griñán y el que firma, que por aquellos entonces tendría los 20 años y poco discurso podría vender más allá de un chiquillo encendío con ganas de comerse el mundo.

El panorama desde entonces ha mejorado mucho, con varias asociaciones, decenas de personas de las que ya no se sabe ni el paredero, otras que se han quedado para currárselo, con proyectos que se quedaron en eso y otros que han salido adelante. El recuento definitivo es positivo pero los puntos negros son amplios y profundos, preocupantes al fin y al cabo.

El primero y más importante de todos ellos, es a mi juicio, el factor político. En una sociedad anestesiada por su clase política, que vive entre la inmundicia consentida de unos y el guante de seda inapreciable de otros parece del todo lógico que cualquier tipo de aspiración social se quede ahí, en aspirar...

No sé cuantos años más tendremos que esperar hasta que alguien dé la patada y amanezcamos con una clase dirigente de primera línea, mientras llega ese momento son los movimientos sociales los que han dado, una vez más, una lección de categoría y han liderado a la ciudadanía.

Este Orgullo 2009 ha conseguido sumar, aunar y subir. Que tomen nota.

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