lunes, 11 de enero de 2010

De cerca sabe mejor

Cuando se vuelve a aterrizar en el pisito de soltero, después de haber estado tan agasajado en casa de la mami, se te vienen a la cabeza tremendas cuestiones existenciales que atormentan mi vida diaria... incluso ponen en duda mi hoja de ruta de esta Murcia que me obliga a darme a la vida bohemia.

La primera de todas ellas es la existencia misma de la putada que supone volver a la capital (volver...)... ¿por qué? pensaba yo, pobre de mí, que habíamos avanzado lo suficiente como para teletrabajar, teleestudiar y televivir. Pero no, el testimonio presencial de nuestras vivencias es requerido nada más pasa el día de reyes y si no, escuchen: ¿ Cómo has empezado el año ?

Pues mal, señora, mal, no ve que tengo que volver.

La segunda gran pregunta es cómo afrontar de nuevo la tediosa rutina del día a día, es decir, cómo me las invento para darle un vuelco... como cuando las madres se aburren y cambian los muebles de sitio en casa, pues igual, pero en versión Julio con casi 31 años.

Porque esa es otra... casi 31 años, en dos semanas... casi ni lo pienso. Bueno, he de alegar en mi defensa que lo celebro por todo lo alto y no me escondo, que el año pasado no pude celebrarlo porque vivía en un piso que más que a una minifamilia me recordaba a mordor.. al mordor más profundo y oscuro.

En concreto he montado un evento en la red social tuenti y he mandado unos cien correos electrónicos además de publicarlo en "feisbu". Total, que si no fallan las estimaciones (cosas de haber estudiado marketing) posiblemente en este piso "nido del amor" de mi vida de bohemio y soltero quepan unas cien personas.

Es decir, que ese será mi vuelco a la realidad. Señores, cojan asiento y disfruten del espectáculo.

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