sábado, 9 de enero de 2010

Y en portugués también

A los 100 años de la independencia de Portugal, se le ha unido hoy otra liberación, la de la aprobación del matrimonio homosexual en el parlamento luso.

Este gran paso es una ráfaga de aire fresco que ayuda a borrar de la faz de la tierra otro impedimento más para que los derechos humanos sean aplicados a la totalidad de la población y que la felicidad individual y colectiva esté, un poco más, al alcance de todos.

"Un país más decente" dijo José Luis Rodríguez Zapatero el dia de la votación en el parlamento español. "Un momento histórico" ha dicho José Sócrates, presidente portugués en la votación de ayer. Cierto es. No puedo más que alegrarme desmesuradamente por los vecinos, pero aun va más allá.

La aprobación del matrimonio gay en España tuvo 3 efectos inmediatos fuera de nuestras fronteras:

1º- La sorpresa a nivel Europeo al colocarnos en primera línea de derechos civiles.
2º- El traslado a hispanoamérica de la noticia sirvió como aliento a la lucha de las organizaciones cívicas del otro lado del charco, para quiénes somos referentes.
3º- Convertirnos en un oasis de la igualdad, al tiempo que se aprobaban el resto de leyes que borran el machismo, la misoginia y el heterosexismo de la lesgislación española.

Estos mismos efectos tendrá la legislación portuguesa en el gigante de la zona y ex-colonia, con quien le atan lazos indiscutibles, Brasil. En toda latinoamérica, pero especialmente en Brasil, el fenómeno de la homosexualidad y la transexualidad se vive de forma descarnada y fratricida.

Es pues, un apoyo indiscutible a todos quienes arriesgan su vida todos los días por sentir las mismas cosas que cualquier hijo de vecino, pero de forma distinta.

Seguirán aprobándose legislaciones y seguiremos dando pasos hacia un mundo mejor, poco a poco lo iremos consiguiendo, todo está, como dice una alcaldesa a la que leo a menudo, en querer hacerlo juntos.

Obrigado.

No hay comentarios: