miércoles, 2 de enero de 2008

Las cosas por su nombre


Seamos serios


O como decía mi abuela Isabel, gastemos un poco de formalidad!. De aquí a un tiempo atrás estamos asistiendo a una involución de facherío insoportable, con mentiras para todos los gustos, tamaños, colores y sabores, no sólo sobre la acción de gobierno sino sobre la propia "deriva" de la ciudadanía (concepto éste bastante novedoso para quienes ejercen de oposición, no sólo los de los escaños).


Hace un par de días, un par de amigos míos me dieron la buena nueva: "Nos hemos afiliado al PP". Dicho de aquel modo sonaba a... "no te lo queríamos decir por si nos metías el carnet por..." pero en cualquier caso y respetando la libertad de cada cual y más de a quién tengo en estima, hay que llamar a las cosas por su nombre. Si es que lo tiene.


Arrimarse a las gradas de Rajoy & Rouco Bussiness resulta poco menos que nauseabundo, más aún si después abrimos la ventana de Europa y vemos como se comporta el conservadurismo político de nuestros vecinos o el propio clero.


No sólo no es cierto que el Gobierno ataque a las familias (a las católicas) y pruebas hay de ello: Permiso de paternidad, cheque-bebé, subvención de arrendamientos... todas ellas medidas NUEVAS en el panorama legal. Si no que además, este gobierno de "rojos" va por el morro y amplia esos mismos derechos a TODAS las familias. Es decir, a aquellas familias (madres solteras, uniparentales, homoparentales) que estaban en el saco del olvido... del olvido del nacional-catolicismo que durante más de 40 años nos quiso a los diferentes en Alborán, Chafarinas o alguna fosa de Badajoz.


Las verdades por delante. No es ya que sea deleznable que quien cobra de mis impuestos (el clero) se posicione políticamente, que lo es. Es que encima no se presentan a las elecciones con su programa electoral, el catecismo. ¿O sí lo hacen?


A nadie se le escapa que el grueso de los votos que recibe el Partido Popular procede de aquellos que siguen pensando que sin el látigo, los collares de pinchos y la redención, esta nación está abocada a la existinción. Nada más lejos de la verdad.


Esta nación, que se llama España y que es de todos, mejora, avanza y se pluraliza, atendiendo a su propia realidad, compleja, mosaica y apasionada. Ésa es nuestra mejor bandera... no la del pollo frito (churruscao) que exhibe la CEE o el PP y sus locuaces "periodistas".


A aquellos que se les haya pasado, recordarles que acabamos de estrenar año, el 2008, entradito ya el siglo 21 y tiempo pues de dejar a crápulas y postrimerías del 16 en donde realmente tienen que estar, y ese sitio es el de la casa de cada uno que las quiera para sí, no en la mía... y mucho menos en las Instituciones Públicas.




1 comentario:

Neus dijo...

Julio los que te conocemos y te queremos comprendemos y entendemos tus palabras salidas del corazón y más en concreto yo las comparto, solo nos queda la esperanza de que los hechos superen a las mentiras y falacias con las que nos quieren embaucar.

Un beso rojo,
Nieves.