viernes, 25 de enero de 2008

Vaciarnos la capaza.


Han sido muchas las muestras que hemos tenido a lo largo de toda la lesgislatura de la deriva del Partido Popular hacia las posiciones más reaccionarias en la historia de nuestra joven democracia.
El principal partido de la oposición, con su suelo de 7 millones de votos que no le quita nadie, no ha hecho otra cosa que demostrar que no le interesa estar en el gobierno, al menos tras los próximos comicios.
La dirección nacional del PP junto con su Grupo Parlamentario han dejado claro dónde es el lugar en el cual se sienten cómodos, en la oposición tirándole al cuello al resto del arco parlamentario que representa al doble de ciudadanos que ellos.
Como algunos ya habreis notado, me he resistido con éxito a hablar del tema Gallardón, más que nada porque me da asco el comprobar como se mueven los hilos en estos menesteres. Todo es tan sucio, tan previsiblemente asqueroso, tan nauseabundo el ver como se cargan a la gente que se le nota preocupada por el país (Piqué, Matas, Gallardón, Mª de las Mercedes, Feijoo... y tantos otros que van cayendo).
Para compensar al PP se le ha ocurrido la idea de decir que no a todo y en boca de miembros de sectas religiosas (tipo legionarios de cristo) y al frente de todos ellos a un señor gallego que en lugar de sangre tiene desesperanza en las venas.
No me lo creo, no me creo que esta panda quiera gobernar en el sentido más amplio de la palabra. Sobre todo cuando gobernar significa dar esperanza y aliento a la ciudadanía. Estos además de caminar hacia atrás en política social y política económica, vienen, como decía el maestro José Salvador Fuentes Zorita, a vaciarnos la capaza.

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