Están saliendo las primeras notas objetivas de exámenes que recibo en casi 8 años sin tocar un libro... y lo cierto es que no me ha ido bien, más bien fatal. Esto de meterse a los sacacuart... digo... a la universidad se merece otro planteamiento, el planteamiento de no salir de casa directamente.
Usease (que diría el sabio) que a partir de ahora las malas compañías tienen como punto de encuentro mi casa -cambien casa por habitacion de 4,5 metros cuadraos- (venid a mi) y si encuentro un hueco entre la cama y la el tablero que hace las funciones de mesa pondremos allí las litronas, el cenicero, la bolsa de pipas, los doritos, gominolas y demás utensilios imprescindibles para a vida. Eso si me llega para comprarlas... porque como no tengo beca y en los chinos no me fían tendré que racionar también el consumo de alcohol (de los porros ni hablamos, que desde que la UE ha prohibido los transgénicos no vivo en mí).
Acepto consideraciones de buena voluntad y donaciones (mecenazgos) para salir de esta crisis que durará un poco más allá de cuando me termine las dos cajas de trufas Dulcinea que me he pillado en el DIA por Euro y pico. ¿Estamos en crisis? Ustedes no sé, yo desde luego.
Gracias doy al HACEDOR porque la radio del movil me sigue funcionando y cuando salgo a la calle me la pongo para sonreir con la música alegre que sale en la COPE... tarareo y la gente confirma que estoy más pallá que pacá, o como poco lo sospecha.
Se acabó parar en La Colegiala para comprar esas deliciosas empanadillas de 1'10 la unidad y que no llegaban vivas a la facultad, se acabó hacerme 3 ciudades del Sim en una noche, se acabó fumarse las clases para foll... bueno, que se acabó.
El lunes (por dios, lunes) vuelvo a Delegación, a luchar contra los elementos. Veré caras que me dan pereza, pero no me dormiré. El plan para las noches... rodearme de gente que me quiera bien.
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