Después de este casus beli hubiera cabido esperar una reacción de notoriedad de consejo. Entiéndase como reacción de notoriedad una huelga de sus trabajadores, la petición de dimisión de la directora del instituto de la juventud o del consejero, la convocatoria de elecciones por parte del presidente del CJRM, que la oposición hubiera reclamado día sí y día también la rectificación de la ley de juventud... pero no.
La madeja estaba muy bien tejida. Miren los antecedentes para comprobarlo.
A las administraciones públicas nunca les ha gustado que le soplen en la nuca, y al PP menos todavía. Y no hay sólo ese factor. Faltaría más.
La presa se ha encontrado con un equipo directivo fiel a un dictado, las subvenciones que otorga el gobierno regional a las entidades que se quedan calladas ante los atropellos que supone la ausencia total de políticas públicas de juventud.
La presa se ha encontrado con una oposición de segunda o tercera división que prefiere ser plácida cuando se confirme este fin de semana la liquidación administrativa del Consejo.
Porque precisamente es este fin de semana la celebración de la Asamblea General del Consejo que dará el paso. El orden del día vendrá culminado por un debate esteril sobre el futuro (¿futuro?) del propio consejo.
Fue la entidad a la que pertenezco, Pecaminata, junto con otras las que avisamos hace justo un año de la deriva, pero otros prefirieron mirar a otro lado. Lo cómodo sale caro y estos son los lodos de aquellos polvos (nunca mejor dicho lo de los polvos)
Este fin de semana lo que conocemos como Consejo de la Juventud de la Región de Murcia pasará a convertirse en un espectro sin funciones y sin actividad. Enhorabuena a los responsables, pasareis a la historia del asociacionismo por ser la lápida del único sitio donde reside la rebeldía.
No pienso emplear ni un minuto más de mi tiempo en pedagogía para las paredes, entiendo que la batalla está donde hay que darla.
Siendo el eterno optimista que soy, en 4 días que quedan hasta el sábado, espero que alguien reaccione. Y si no... que me haya equivocado.
Discrepar del poder es sano. Saludos.
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